martes, 16 de septiembre de 2014

Las discusiones entre los padres

Las redes cerebrales maduran más lentamente en niños expuestos a las discusiones de sus padres.

Un análisis de los cerebros de más de 750 niños y adolescentes revela una diferencia fundamental en la arquitectura del cerebro entre los niños que están hostigados emocionalmente por las discusiones entre sus padres y los que no lo padecen. Según un nuevo estudio, los niños y adolescentes que están en un ambiente hostil entre sus padres ven disminuida la rapidez con la que sus cerebros forman las conexiones internas y entre redes cerebrales clave frente a otros menores de la misma edad.    El resultado, según los datos publicados en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), es que las conexiones entre una red cerebral que controla el pensamiento internamente dirigido (como soñar despierto) y redes que permiten a una persona centrarse en tareas dirigidas externamente están menos maduras. Ese retraso en el desarrollo de la conexión explica por qué las personas sometidas a ese peso emocional se distraen fácilmente o tienen dificultades para mantener la concentración.

Investigaciones encontraron retrasos en el desarrollo de la conexión dentro de la red interna, llamada red en modo automático o DMN, y de las conexiones entre DMN y dos redes que procesan tareas enfocadas externamente, a menudo llamadas redes de trabajo positivo o RPT. Incluso, los expertos pudieron ver que las demoras en el desarrollo de las conexiones de dos redes relacionadas, las de atención frontoparietal y ventral, se localizaron principalmente en dos áreas específicas del cerebro. Este problema se proyecta a la edad adulta, ya que esas conductas se desplazan e imitan a la propia experiencia de vida.

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