En Yale, el doctor O.K. Moore ha llevado a cabo una extensa investigación sobre cómo enseñar a leer a los niños preescolares. Descubrió que es más fácil enseñar a un niño de tres años que a un niño de cuatro, a uno de cuatro más fácil que a uno de cinco, a uno de cinco más fácil que a uno de seis.
Sin embargo, ¿cuántas veces hemos oído decir que los niños no pueden aprender a leer hasta que tienen seis años, y que no deberían antes?.
Hace más de medio siglo María Montessori se interesó por el grupo de niños a los que de forma fácil clasificaron como «retrasados.» Montessori decidió, a lo largo de los años, que a estos niños se les debería enseñar a través de los sentidos y empezar a enseñarles a través de los medios visuales, auditivos y táctiles. Sus resultados fueron tan gratificantes que algunos de sus «retrasados» empezaron a rendir tan bien como los niños «normales». Como resultado de esto, la doctora Montessori llegó a la conclusión que los niños sanos no estaban rindiendo ni siquiera a un pequeño porcentaje de lo que su potencial puede desarrollar y que se les debería dar la oportunidad de hacerlo.
En las escuelas Montessori siempre te encuentras grupos de niños encantados, felices y bien adaptados, que están aprendiendo a leer y a realizar otras tareas que hasta el día de hoy se han considerado avanzadas para los niños preescolares.
Que los niños menores de cinco años están aprendiendo a leer es algo que no se debería discutir. Es un hecho. La única pregunta radica en ver que es lo que vamos a hacer al respecto para que todos los niños puedan leer a esa edad.
La aplicación interactiva para desarrollar la estipulación precoz en la Enseñanza de la Lectura basada en el método de lectura “Glenn Doman”, facilitará que esto ocurra.
Ya hemos dicho que los niños pequeños deberían aprender a leer. El cerebro no debería pasar más hambre que el estómago. La educación debería empezar en un ambiente interesante. La persona a quien la información se le presenta en forma de actividades pesadas y de amenazas de castigo no es probable que siga estudiando al cabo de los años, mientras que a quienes se les presenta de forma natural, en los momentos adecuados, es probable que continúen a lo largo de su vida ese proceso de autoaprendizaje que empezaron en la infancia y juventud.
Algunas de las razones por las que los niños deberían aprender a leer cuando son muy pequeños son estas:
a) La hiperactividad del niño de dos y tres años es, en realidad, el resultado de una inagotable sed de aprendizaje. Si se le brinda la oportunidad de saciar esa sed, al menos durante un poco de tiempo, será muchísimo menos hiperactivo.
b) La habilidad del niño para absorber información a los dos y tres años nunca será igual otra vez.
c) Es infinitamente más sencillo enseñar a leer a un niño a esta edad de lo que será a cualquier otra con posterioridad.
d) Los niños a quienes se ha enseñado a leer a una edad temprana asimilan una mayor cantidad de información que aquellos cuyos intentos por aprender fueron frustrados.
e) Los niños que aprenden a leer cuando son pequeños tienden a comprender mejor que los jóvenes que no aprendieron.
j) Los niños que aprenden a leer cuando son muy pequeños tienden a leer mucho más rápidamente y comprenden mucho mejor que los niños que no aprenden a esa edad. Esto sucede porque los niños pequeños se atemorizan mucho menos por la lectura y no la consideran una «asignatura» llena de temerosas abstracciones; los pequeños lo ven como algo fascinante en un mundo repleto de cosas fascinantes que aprender.
b) La habilidad del niño para absorber información a los dos y tres años nunca será igual otra vez.
c) Es infinitamente más sencillo enseñar a leer a un niño a esta edad de lo que será a cualquier otra con posterioridad.
d) Los niños a quienes se ha enseñado a leer a una edad temprana asimilan una mayor cantidad de información que aquellos cuyos intentos por aprender fueron frustrados.
e) Los niños que aprenden a leer cuando son pequeños tienden a comprender mejor que los jóvenes que no aprendieron.
j) Los niños que aprenden a leer cuando son muy pequeños tienden a leer mucho más rápidamente y comprenden mucho mejor que los niños que no aprenden a esa edad. Esto sucede porque los niños pequeños se atemorizan mucho menos por la lectura y no la consideran una «asignatura» llena de temerosas abstracciones; los pequeños lo ven como algo fascinante en un mundo repleto de cosas fascinantes que aprender.
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